Nutrición y ovario poliquístico: el papel clave de la alimentación en el manejo del SOP

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Cómo las intervenciones dietéticas mejoran los síntomas metabólicos, hormonales y reproductivos en mujeres con síndrome de ovario poliquístico

El síndrome de ovario poliquístico (SOP) es una de las alteraciones endocrinas más frecuentes en mujeres en edad fértil, con una prevalencia estimada entre el 8 y el 13%. No solo afecta la fertilidad, sino que también se asocia con resistencia a la insulina, obesidad central, irregularidades menstruales e incremento del riesgo cardiovascular.

 Como nutricionista, considero que el abordaje dietético es un pilar fundamental en el tratamiento de este síndrome. Más allá del control del peso, la elección de un patrón alimentario adecuado puede mejorar parámetros hormonales, metabólicos y clínicos.

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Nutricion y ovario poliquistico: el papel clave de la alimentacion en el manejo del SOP

¿Por qué la dieta es tan importante en el SOP?

La fisiopatología del SOP combina factores endocrinos y metabólicos, destacando la resistencia a la insulina y la hiperinsulinemia, que a su vez estimulan la producción de andrógenos. Esto genera síntomas como hirsutismo, acné, irregularidad menstrual y dificultad para ovular.

Por ello, las estrategias nutricionales buscan mejorar la sensibilidad a la insulina, reducir la inflamación y equilibrar el perfil hormonal.

Evidencia sobre intervenciones dietéticas

Las conclusiones de los artículos revisados, estudios y metaanálisis recientes, donde se analizaron diferentes enfoques alimentarios en mujeres con SOP muestran lo siguinte:

  • Dieta DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension): Rica en frutas, verduras, cereales integrales y lácteos bajos en grasa. Se asoció con mejoría en composición corporal, reducción de marcadores de hiperandrogenismo y sensibilidad a la insulina.

  • Dietas de bajo índice o carga glucémica: Mejoran la resistencia a la insulina, reducen circunferencia de cintura, triglicéridos y testosterona total. También impactan positivamente en la sensación de hambre y regulación hormonal.

  • Incremento de fibra y reducción de grasas trans: Una mayor ingesta de fibra predijo reducción del IMC y mejor perfil metabólico, mientras que menos grasas trans se relacionó con mejor función ovulatoria.

  • Alimentos específicos:

    • Soja: Contribuyó a mejorar perfiles hormonales, metabólicos y antropométricos.

    • Aceite de canola y de oliva: Redujeron resistencia a la insulina y mejoraron perfiles lipídicos.

    • Jugo de granada simbiótico: Disminuyó HOMA-IR, IMC y testosterona total.

    • Cambios en el estilo de vida (nutrición + ejercicio): La combinación de dieta hipocalórica con actividad física regular mostró mayor impacto en peso, resistencia a la insulina y ciclos menstruales que la dieta aislada.

      1. Ejemplo de menú diario (orientativo)

      • Desayuno: Yogur natural sin azúcar + avena integral + frutos rojos + semillas de chía.

      • Media mañana: Un puñado de frutos secos naturales + una manzana.

      • Almuerzo: Filete de salmón a la plancha + ensalada de hojas verdes, aguacate y garbanzos + una porción de quinoa.

      • Merienda: Pan integral con hummus y rodajas de pepino.

      • Cena: Crema de calabacín + tortilla de espinacas con un chorrito de aceite de oliva virgen extra.

      2. Tips de compra

      • Prioriza alimentos frescos y mínimamente procesados: frutas, verduras, legumbres, cereales integrales.

      • Elige aceites de calidad (oliva, canola) y evita margarinas o frituras industriales.

      • Revisa etiquetas: prefiere productos sin azúcares añadidos ni harinas refinadas.

      3. Estrategias de organización

      • Planifica tus comidas de la semana para evitar improvisar.

      • Prepara snacks saludables (frutos secos, zanahoria en bastones, yogur natural) para no caer en productos ultraprocesados.

      • Mantén horarios regulares de comida para mejorar el control del apetito y la respuesta insulínica.

      4. Hábitos de estilo de vida

      • Combina la alimentación con ejercicio físico regular: entrenamiento de fuerza y caminatas diarias.

      • Duerme al menos 7–8 horas, ya que la falta de sueño incrementa resistencia a la insulina.

      • Gestiona el estrés: técnicas como meditación, yoga o respiración consciente ayudan a equilibrar el sistema hormonal.

Conclusión del nutricionista

El SOP no se trata únicamente con medicación: la nutrición desempeña un rol decisivo. Una pérdida de peso del 5 al 10% ya puede mejorar la regularidad menstrual y los niveles hormonales. Sin embargo, más allá del déficit calórico, lo esencial es la calidad del patrón dietético.
Como nutricionista, recomiendo priorizar dietas ricas en fibra, con predominio de carbohidratos de bajo índice glucémico, reducción de azúcares y grasas trans, y acompañar siempre con ejercicio físico. Cada mujer es diferente, por lo que la intervención debe ser personalizada y sostenida en el tiempo.

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