Muchas personas arrastran molestias físicas, digestivas o emocionales durante años sin identificar su causa real. En muchos casos, el origen está en desequilibrios nutricionales o en una relación poco saludable con la comida. Esta sección te ayudará a ponerle nombre a lo que te ocurre… y a empezar a solucionarlo.
No se trata solo de comer bien: se trata de comprender cómo tu alimentación afecta directamente a tu bienestar físico, mental y emocional. Muchas personas conviven con molestias persistentes como cansancio, hinchazón abdominal, digestiones pesadas, falta de concentración o bajo rendimiento deportivo… sin saber que, en la mayoría de los casos, el origen está en desequilibrios nutricionales o en hábitos alimentarios inadecuados.
Esta sección está diseñada para ayudarte a identificar esos problemas que a menudo se normalizan pero que tienen solución. Aquí encontrarás una selección de los trastornos y desequilibrios más comunes que trato habitualmente en consulta: desde el sobrepeso o la anemia, hasta la mala relación con la comida o los problemas digestivos.
En cada uno de ellos te explico qué es, cómo se manifiesta y, sobre todo, cómo podemos abordarlo juntos con un enfoque realista, basado en la ciencia y totalmente adaptado a tu caso. Porque no hay dos personas iguales, y tu tratamiento nutricional tampoco debería serlo.
Conocer el problema es el primer paso para solucionarlo. Y aquí estoy para ayudarte a hacerlo.
Motivo común de consulta. Asociado a malos hábitos, sedentarismo, desequilibrios hormonales o factores emocionales.
Muy frecuente, sobre todo en mujeres jóvenes. Relacionada con dietas inadecuadas, vegetarianismo mal planteado o mala absorción.
El estreñimiento crónico es una condición digestiva común que se caracteriza por la dificultad persistente para evacuar. Puede tener un impacto profundo en la calidad de vida y la salud intestinal a largo plazo.
Patrones de alimentación impulsiva o emocional, muchas veces ligados a ansiedad, culpa o frustración.
Especialmente relevante en personas mayores o en quienes han estado inactivos. Afecta fuerza, metabolismo y salud general.
Hinchazón, pesadez y malestar que mejoran con una alimentación adaptada y hábitos adecuados.
Muchos problemas relacionados con la alimentación no se detectan fácilmente. Se camuflan bajo rutinas, hábitos normalizados o creencias erróneas sobre lo que es “comer bien”. A menudo, las señales están ahí, pero se minimizan o se ignoran hasta que el cuerpo o la mente ya no pueden sostenerlas.
¿Te identificas con alguna de estas situaciones?
Si has respondido que sí a una o varias de estas preguntas, es probable que tu alimentación esté interfiriendo en tu bienestar. Y aunque hoy en día hay mucha información disponible en redes y blogs, **nada sustituye el acompañamiento de un profesional que valore tu caso con rigor, experiencia y cercanía.**
Recuerda: no necesitas estar “peor” para pedir ayuda. De hecho, cuanto antes lo hagas, más rápido y efectivo será el proceso.